Historia Inspiracional:
Arreglando al hombre,
se puede arreglar el mundo
Un científico que vivía preocupado por los problemas del mundo, estaba resuelto a encontrar los medios adecuados para aminorarlos. Pasaba días en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas. Un día su hijo de 6 años entró a su laboratorio decidido a ayudarlo a trabajar.
El científico, molesto por la interrupción, pidió al niño que fuera a jugar a otro lado. Viendo la decisión del niño de permanecer ahí, el padre pensó en darle algo para distraerlo. Tomó una revista en la que había un mapa del mundo. Con unas tijeras recortó el mapa en varios pedazos y junto con un rollo de cinta se lo entregó a su hijo diciendo:
- "Como te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto para que lo repares". Calculó que al niño le llevaría un buen tiempo rearmar el mapa, pero al cabo de un par de horas escuchó que el niño lo llamaba:
- "Papá, papá, ya arregle al mundo".
Al principio el padre no le creía, pensando que a su edad era imposible recomponer un mapa que nunca había visto antes. Desconfiado, el científico apartó la vista de sus anotaciones con la seguridad de que vería el trabajo de un niño. Pero cuál no fue su sorpresa al ver que el mapa estaba totalmente rehecho. Todos los pedazos habían sido colocados debidamente. Sin salir de su asombro, preguntó al niño:
-"Hijo, tú no sabías cómo era el mundo, ¿cómo lograste armarlo?
- Papá yo no sabía cómo era el mundo, pero atrás del mapa vi que estaba la figura de un hombre. Volteé los pedazos de papel y empecé a armar al hombre, que sí sabía cómo era. Cuando arreglé al hombre, di vuelta a la hoja y vi que se había arreglado el mundo.
Moraleja: Arreglando al hombre, se puede arreglar el mundo.