Libertad viene directamente de la palabra latina “libertas”, y del adjetivo “liber”. Llegó al latín directamente del griego y al griego del antiguo sánscrito.
La etimología indoeuropea más antigua es (e)leudh-,“eléutheros”, en griego y significa “libre”. Está emparentada con el germánico leudi, “Leute” en alemán actual, y hace referencia a la gente libre, en contraposición a “Volk” una palabra para nombrar a las personas guerreras.
Otra etimología alternativa es “lípto”: desear en griego, y viene de la raíz indoeuropea “liph-, “lub-dhas” es sánscrito, con el mismo significado.
De modo que la palabra libertad significa liberarnos de los deseos; es la habilidad de vivir nuestra vida como queremos vivirla, sin permitir que los deseos de otros ni los propios nos enganchen y nos controlen. Gran parte de la humanidad vive atrapada con paradigmas humanos muy controladores
La auténtica libertad comienza cuando alguien comprende cuál es su verdadera esencia espiritual, y decide trascender sus limitaciones físicas y mentales; cuando aprende a operar desde su Ser y no desde su personalidad.
La libertad es un proceso de aligerar el peso de los deseos del ego, para poder percibir y experimentar la propia esencia espiritual.
Juan Ramón González
Doctor en estudios en desarrollo humano y Director de contenido de Reconección Esencial